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Falta de nuevas ideas —o de los grandes nombres que tenían el talento para aportarlas—, satisfacción del público ya madurito, ganas de auto-homenajearse... Sea por la razón que sea, estamos asistiendo a un retro boom de manos de las propias compañías niponas como nunca antes lo hubiéramos imaginado. Y va llegando el momento de hacer balance. Dos han sido las vías que las compañías han elegido para dotar de contenido a este revival: el completo remake del juego, generalmente con gráficos poligonales si es que se trataba de un juego bidimensional, o la traslación directa del programa, recopilado normalmente junto a otras viejas estrellas de la casa. Entre los primeros, la popular Sega Ages 2500 Series para PS2, producida por la subsidiaria de Sega 3-D Ages. Heredera del sello Sega Ages, que tan buenos momentos ofreció en Saturn, la 2500 —que, por si alguno no cae, indica el precio en yen al que se lanzan estos juegos en Japón— lleva desde hace casi tres años reviviendo algunos de los mejores clásicos de Sega, tanto del mercado recreativo como del doméstico. Por desgracia, la calidad de estos remakes no está, por lo general, haciendo justicia al producto original. El desafortunado empeño de 3-D Ages en emplear gráficos poligonales está impidiendo que los verdaderos amantes de estos juegos se acerquen a estas revisiones, mientras que tampoco son lo suficientemente llamativos para el aficionado de hoy. En cualquier caso, la colección se mantiene con buena salud y va ya por el 17º volumen. Hudson Soft tampoco se quiso quedar atrás y relanzó algunos de sus clásicos de FC y PCE para PS2 bajo el sello Hudson Collection y una nueva apariencia poligonal. Y, cómo no, ahí está Square-Enix y sus superproducciones también en forma de remake, como los Dragon Quest o el recientísimo Romancing Sa-Ga: Minstrel Song. Las recopilaciones de conversiones directas de máquinas recreativas antiguas son más habituales, de todas formas. Capcom se lanzó en esta generación con su Rockman: Power Battle Fighters para PS2, que reúne los dos Rockman aparecidos en los arcades. En un movimiento que muchos nos preguntamos por qué no se ha producido antes, Capcom —más bien, el grupo occidental al que se le encargó la labor— ha emulado el código original de ambos juegos, aunque con un más que discutible resultado. Emulación. Una técnica que parece va a ser también empleada por el inmediato Vampire: Darkstalkers Collection para PS2, que recopila las tres más dos recreativas de la famosa saga de juegos de lucha y que parece también lo fue por Taito en su Psikyo Shooting Collection (PS2), formada por tres volúmenes con dos juegos cada uno —y gracias a la cual se ha podido ver por fin el magnífico Dragon Blaze en una consola—, por Atlus en su Gunbird 1 & 2 —qué será lo que tiene Psikyo...— también para PS2 y por Sega en su Sonic Mega Collection (PS2, GCN, XB). Capcom prometió hace meses una recopilación de un enorme número de sus recreativas clásicas, pero aún sigue sin saberse nada a ciencia cierta. Probablemente estén esperando a terminar de reeditar su Capcom Generation para PS, con el nombre ahora de Capcom Retro Game Collection. Hemos citado a Taito más bien de pasada, pero lo cierto es que es la compañía que más está fomentando este retro boom de 128 bits. Aparte de su inusitado interés por todo lo que sea juego de disparo clásico, la veterana compañía cerró un acuerdo con Falcom gracias al cual se ha podido ver una versión de Zwei para PS2 y se están rehaciendo algunos capítulos de la saga Ys también para este sistema. Lo mejor de todo es su reciente anuncio de editar varios volúmenes recopilatorios de sus máquinas recreativas, con 25 títulos por volumen. Teniendo en cuenta el pedigree de esta compañía, no podemos por menos que festejarlo. Namco también ha anunciado su Namcollection (PS2), formada por cinco de los mejores títulos que parió en PS, mientras que SNK Playmore está a punto de inaugurar su Neo-Geo Online Collection, que acogerá, a precio reducido, conversiones de algunos de los mejores juegos de lucha de la compañía con soporte para juego en red, aunque eso no impide que, mientras tanto, vaya realizando remakes de algunos otros juegos, como KOF '94 o Twinkle Star Sprites. Otros intentos, más tímidos, por sumarse a esta retromanía vienen de la mano de compañías algo menores, como X-Nauts y su Juusou Kihei Valken —recordemos que ésta es la dueña ahora de todas las propiedades intelectuales de NCS Masaya y Psikyo— o Inter Channel y sus conversiones de clásicas aventuras romántico-conversacionales, como Friends: Seishun no Kagayaki o Desire. Es evidente que la retromanía ha venido para quedarse. Cada vez son más los que anhelan tiempos pasados y cada vez son más los que descubren que los tiempos pasados, en esto del vídeo-juego al menos, sí fueron mejores. No hay más que echar un vistazo al fenómeno MAME. Y no es difícil vislumbrar que a las grandes compañías cada vez les resulta más rentable revivir sus viejas glorias, aunque sólo sea porque la mitad del trabajo está ya hecho. Desde aquí nos congratulamos por ello, pero queremos también prevenir de la desidia con la que se realizan muchas de estas traslaciones de nuevo cuño, sobretodo a nivel de presentación y resolución en pantalla. Aunque eso será en el próximo editorial. |
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