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Sanwa y Seimitsu. Dos nombres que empiezan al fin a sonar con asiduidad entre los aficionados occidentales a los arcades. Entre aquéllos que buscan el mejor sistema de control y no dudan en elaborarse un mando propio. Con este artículo queremos poner a vuestra disposición todos los datos necesarios para elegir con acierto los componentes que más se adapten a vuestras necesidades. El texto intentará explicar por qué creemos que los de origen nipón son claramente superiores a cualquier solución occidental y se detendrá en el análisis de los distintos tipos de componentes que llevan la firma Sanwa. Una comparativa que, creemos, nadie ha realizado antes de ahora y esperamos sirva para despejar muchos nubarrones. El arcade stick es el periférico para vídeo-consola de mayor auge en los últimos años. La cantidad de modelos comerciales que hoy inunda el mercado japonés es un indicio evidente de que cada vez hay más jugadores preocupados por emplear el sistema de control para el que originalmente se diseñan los juegos nacidos como recreativas. Al mismo tiempo, la exigencia se ha vuelto mayor. Estos mismos jugadores no han tardado en percatarse de que la gran mayoría de los modelos comerciales de arcade sticks no ofrecen un resultado plenamente satisfactorio debido a la baja calidad de los componentes que son empleados en ellos. Palanca y pulsadores se asemejan a los equivalentes profesionales solo en apariencia, con serios problemas de respuesta y durabilidad que restan capacidad de control y generan no pocas frustaciones. Existen algunas excepciones. Dejando a un lado los mandos de la casa Ascii que afloraron a mediados de los ochenta para ordenadores personales, fue Sega la primera en lanzar al mercado generalista japonés el primer arcade stick con componentes profesionales, al menos, parcialmente. Su Virtua Stick Pro para Saturn, de 1996, un mando doble que replicaba el panel de sus cabinas Astro City, no solo estaba dotado de una sólida base de gran peso y contundente apariencia, sus dos palancas llevaban la firma Seimitsu, uno de los dos grandes fabricantes nipones de componentes electrónicos para máquinas recreativas. Lamentablemente, los pulsadores eran malas imitaciones de los profesionales, no muy distintos de los que ya se podían encontrar en mandos como el propio Virtua Stick —sin Pro— de Saturn o el Namco Stick de Play Station. Hasta el reciente Hori Real Arcade Pro, sin embargo, no ha existido ningún modelo que volviese a incorporar componentes procedentes del ámbito profesional. Un dispositivo para PS en el que Hori ha empleado palancas Sanwa —el otro gran fabricante de componentes para la industria del recreativo japonesa—, de nuevo, olvidándose de hacer lo propio con los pulsadores. Hori intentó solventarlo lanzando dos ediciones especiales llamadas, precisamente, Special Edition y Special Addition, en donde los pulsadores llevaban la marca Seimitsu y Sanwa, respectivamente. Unos mandos nada fáciles de encontrar ya incluso en su lanzamiento. Un caso singular lo constituye el del X-Arcade de X-Gaming. Un mando tremendamente publicitado que ha conseguido una fama importante y la atención de numerosos medios del sector en Occidente. Promete componentes profesionales y lo cierto es que no engaña... aunque tampoco avisa de que son los correspondientes a la gama más baja existente en el mercado, cuyas prestaciones distan mucho de ser las ideales. El mando tiene, además, otros inconvenientes en los que no nos detendremos, pero sí queremos advertir de su paupérrima calidad final, sobre todo teniendo en cuenta su elevado precio al consumidor.
La Palanca La primera diferencia, a nivel de usuario, entre una palanca de origen nipón y una occidental es su pieza de remate; las palancas japonesas se han caracterizado por emplear una esfera en lugar de un bate. Hay razones para preferir una u otra, pero siempre dentro del terreno de la subjetividad y las costumbres personales, y tampoco creemos que sean una cuestión tan determinante como podría parecer a priori. Lo cierto es que un bate permite una mejor empuñadura para los que tienden a dejar descansar la mano en la base, mientras que una esfera permite asirla desde su parte inferior para realizar los complejos movimientos de un juego de lucha versus, un recurso empleado por muchos. En cualquier caso, existen piezas de remate en forma de bate para palancas Sanwa, como luego se detallará. Lo que sí es importante es tener en cuenta que la altura visible de la palanca sea la suficiente. Las palancas de Sanwa y Seimitsu, al contrario que muchas palancas occidentales, vienen preparadas para su montaje directo sobre panel metálico de escaso grosor, de manera que no son aptas para paneles de madera o aglomerados por dejar poca altura útil. Dejando a un lado la ergonomía, es interesante detenerse en el comportamiento de una palanca japonesa frente a una occidental. Hay multitud de tipos de palanca occidental; con mecánicas basadas en muelles o en imanes para la recuperación, con o sin guías de movimiento, con más o menos recorrido y resistencia... pero lo cierto es que en ninguno de ellos se obtiene la respuesta, precisión y sensación de control que ofrece una palanca Sanwa o Seimitsu, en especial, la primera. Esto es debido, en primera instancia, a la calidad de los microrruptores. El funcionamiento de una palanca de control estándar es de lo más elemental: el extremo inferior del eje activa cuatro microrruptores —uno por posición— en función de la acción del jugador sobre el extremo opuesto del mismo. Son estos cuatro microrruptores, por tanto, los que oponen la resistencia a la pulsación. Es frecuente que el microrruptor lleve incorporada una pequeña palanca metálica intermediaria en la zona de contacto con el eje, lo que no favorece la precisión de la pulsación, sino más bien al contrario, haciendo que las palancas basadas en este tipo de microrruptores sea, a priori, desaconsejables. Asimismo, una palanca nipona tiene mucho mejor calibrados la longitud idónea del recorrido y la resistencia al movimiento, además de la recuperación a la posición neutra del eje —realizada mediante muelles—. Todos los modelos japoneses permiten, adicionalmente, intercambiar la guía de movimiento, cuadrada u octogonal —si bien algún modelo occidental tardío ha copiado esta característica—, así como limitar las direcciones efectivas de cuatro a dos —para aquellos juegos diseñados para tal efecto, y donde, por tanto, la existencia de las direcciones diagonales puede entorpecer—. Es habitual, por si esto no fuera suficiente, que una palanca Sanwa o Seimitsu —al contrario que las occidentales— incorpore una placa electrónica que canaliza y unifica las conexiones del conjunto de microrruptores, permitiendo emplear un cable único y estándar para la normativa JAMMA.
Los Pulsadores Los pulsadores deben ser capaces responder con firmeza a la presión de nuestros dedos sin oponer excesiva resistencia, a la vez que no bailar dentro de su barril y permitir la pulsación en cualquier punto de su superficie. El pulsador típico occidental, como el básico de Industrias Lorenzo —empresa que, como ya se ha mencionado, los fabrica para la mayor parte de las grandes casas americanas, como Happ—, basan su respuesta no solo en el microrruptor —cuya zona de contacto no está situada en el centro geométrico del botón—, sino también en un muelle, lo que genera una cierta imprecisión e impide la efectividad de todo el área del botón, que se ve agravado por la excesiva holgura del barril. Su resistencia a la pulsación es, generalmente, su mayor baza, pues no resultan ni demasiado duros ni tampoco excesivamente blandos, sin embargo, la calidad del microrruptor estándar con que son equipados —SAIA— deja mucho que desear, sobre todo en durabilidad, por lo que se suele recomendar cambiarlos por microrruptores como el Cherry D-42. Son típicamente cóncavos, al contrario que los de origen nipón, aunque no necesariamente. De nuevo, los pulsadores de las firmas Sanwa y Seimitsu sobresalen frente al resto por su respuesta y envejecimiento. Existe una gran gama de microrruptores para elegir en función de la resistencia deseada, y su calidad y el posicionamiento de la zona de contacto —en el centro geométrico del botón— permiten prescindir del muelle de recuperación, con lo que el área efectiva de pulsación equivale a toda la superficie del botón, motivo por el que suelen ser ligeramente convexos. No existe en ellos holgura que haga bailar el botón en el barril y su diámetro es algo inferior: 30 mm frente a 35, permitiendo más proximidad entre pulsadores, aunque también se fabrican con 40 y 24 mm de diámetro. Asimismo, tanto los pulsadores Sanwa como los Seimitsu pueden adquirirse con dos tipos de barril, bien con rosca —solo aptos para paneles de madera—, o bien con pestañas, ideales para paneles metálicos —aunque admiten también la colocación en madera—.
Es difícil tomar la decisión a ciegas y encargar un juego de componentes japoneses sin haberlos probado antes, sobre todo siendo de un precio más elevado y teniendo que recurrir a la importación indirecta —puesto que es complicado encontrar un distribuidor nativo que acepte encargos internacionales de pocas unidades, más aún uno con el que poder entenderse—, pero nosotros lo recomendamos sin vacilar. Hemos comprobado personalmente, más allá de nuestra propia experiencia y preferencias, el grado de satisfacción de muchos jugadores que solo han necesitado una toma de contacto para convertirse. Los mayores expertos en juegos de lucha versus y de disparo a nivel mundial sólo admiten componentes nipones... Por nuestra parte, poco más podemos añadir, salvo que un buen juego de salón, cualquiera que sea su soporte, merece siempre un buen mando personalizado, y un mando personalizado, los mejores materiales. Pero eso, si has leído hasta aquí, es claro que ya lo sabías. Los Referentes Sanwa Denshi Game Parts [ > ] Seimitsu Kougyou Kabushikigaisha [ > ] Industrias Lorenzo S. A. [ > ] Para cualquier duda acerca de la construcción de arcade sticks, sus componentes y los lugares en la Red donde solicitarlos, no dudes en establecer contacto con Crowvarela a través de nuestros Foros [ > ]. Tiene años de experiencia en la materia y también los fabrica bajo encargo con la máxima calidad. |
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