NEUTOPIA —FREY NO SHOU—
 
Sistema: PC ENGINE
Formato: 3Mb ROM HU-CARD
Hardware: -
Lanzamiento: 17.11.1989
Marca: HUDSON SOFT
Desarrollador: HUDSON SOFT

Va un poco con la idiosincrasia del japonés. Si un planteamiento funciona, no hay nada de malo en plagiarlo, mejorándolo en lo posible pero respetando escrupulosamente su esencia. Fue la filosofía de NEC y Hudson Soft para edificar un potente catálogo de software para su PC Engine desde el primer día, y, a buen seguro, una de las claves del éxito de ésta.

Neutopia es el Zelda no Densetsu de PC Engine. Es así de simple. Nintendo había logrado uno de esos títulos que venden un sistema y sirven como referente paradigmático —a pesar de no ser más que una extensión de un concepto ya bien conocido por los usuarios de ordenador personal—, por lo que estaba cantado que el nuevo sistema nacido para plantar cara al imperio Famicom iba a contar, más tarde o más temprano, con su propia interpretación del fenómeno. Como el programa de Nintendo, Neutopia es un juego de acción en perspectiva cenital —o casi— centrado en la exploración del territorio. Nuestro objetivo es encontrar ocho cristales custodiados por los respectivos bosses. Para dar con ellos tendremos primero que localizar las criptas donde se ocultan, cuya entrada puede estar en cualquier punto de un mapa exterior que deberemos recorrer con la única ayuda de una brújula que nos indica la dirección a seguir, pues el recorrido en ningún caso es lineal. Nuestro periplo también deberá estar orientado a localizar los distintos objetos y personajes más o menos escondidos que nos harán la vida más llevadera o, simplemente, son indispensables para proseguir la aventura, para lo que resultará fundamental acopiarnos de las bombas que nos abran las entradas a estos escondites. Por fortuna, el mundo de Neutopia se articula en cuatro esferas independientes que habrán de resolverse por estricto orden — constituyendo ésta la principal diferencia con Zelda no Densetsu, donde el mapa exterior era único y estaba, a priori, totalmente abierto desde el principio. Un sistema de contraseñas —o de grabación de partida vía memoria back-up, para aquéllos que dispongan de ella—, además, permite no tener que empezar el juego cada vez. Morir en Neutopia supone, aparte del retorno al último punto de guardado, la pérdida de una cantidad considerable del dinero acumulado —aunque no así de los items recogidos, por lo que en nuestra mano estará decidir cuándo compensa cargar la partida grabada en lugar de resucitar a nuestro héroe—. Los enfrentamientos se resolverán mediante el uso de la espada y de un objeto mágico capaz de lanzar bolas de fuego, que se verán complementados por el escudo y la armadura. De nuevo al igual que en el juego de Nintendo, el desarrollo se estructura en pantallas fijas sin scroll real y un número predeterminado de enemigos en cada una de ellas. Muy al viejo estilo.

Es un plagio no solo del concepto y la mecánica, sino de detalles que elevan el asunto a la categoría de insólito, que ya es decir en un mercado como éste... Uno nunca fue gran defensor de
Zelda no Densetsu, a decir verdad. Concentrar el desafío en la exploración de un enorme mapa en lugar de en los propios enfrentamientos siempre me pareció que tenía un poco de engaño. Obligarte a coger lápiz y papel para dibujar un mapa y a encomendarte a tu suerte para que el camino elegido en cada momento sea el acertado es un recurso tan antiguo como los primeros juegos de ordenador personal que corre el riesgo de acabar con la paciencia del jugador prematuramente. Al menos con la mía.

Quizás conscientes de este extremo, los diseñadores de Neutopia dividieron el mapa en cuatro áreas separadas, además de desesconder muchas de las habitaciones de ayuda, lo que convierte la experiencia en algo mucho más ameno pero también reduce excesivamente la dificultad, si lo comparamos con el clásico de Family Computer. Las repetitivas mazmorras —o criptas, como las llaman aquí—, por el contrario, ofrecen pocas pistas acerca de dónde se esconden sus salas secretas, por lo que estaremos sometidos a mantener un buen arsenal de bombas, que son el medio para descubrirlas. Súmale la necesidad permanente de mover bloques para abrir puertas y de usar un musgo luminoso de nuestro inventario si no queremos quedarnos a oscuras, y comprenderás enseguida que tienen mucho de tedioso y poco de inteligente.

Y es curioso, pero aún así, el juego es estimulante. Sin duda es gracias a una ambientación de lo más atractiva, con unos gráficos que, aunque en un registro infantilón, supusieron en lo tecnológico un contundente paso adelante dentro de un género todavía esclavo de los 8 bits, además de unas melodías verdaderamente logradas y variadas. A pesar de lo dicho, los mapas están resueltos con destreza y el control de nuestro personaje en combate, aunque simple, proporciona momentos muy disfrutables. Su mayor defecto, aparte de los derivados del género al que pertenece —y que, por tanto, a muchos no les parecerán tales—, es su precario nivel de desafío en general, y especialmente frente a los bosses. Quizás es también su mayor virtud; los cimientos de Neutopia son endebles y exigir más dedicación del jugador de la que de por sí reclama hubiera supuesto un más que probable colapso.


    
                                               Recap
 



 
     
Todo el artwork original es
propiedad intelectual de Hudson Soft



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