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ALCAHEST |
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Sistema:
SUPER FAMICOM |
Formato:
8Mb ROM CASSETTE |
Hardware:
- |
Lanzamiento:
17.12.1993 |
Marca:
SQUARE SOFT |
Desarrollador:
HALKEN |
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La
cubierta de Alcahest está protagonizada por un espadachín,
con un dragón de fondo y el sello de Square Soft en los
pies de la misma; suficientes indicios para aventurarse
a catalogar este Alcahest antes incluso de echar un
vistazo a la contracubierta. Pero no. Alcahest no es un
RPG. Antes al contrario, Alcahest es uno de los títulos
más entregados a la acción que pueden encontrarse en
el catálogo de originales de Super Famicom.
Y lo cierto es que no es un desarrollo de Square Soft,
sino de Halken, compañía que comenzaba entonces a ser
popular por una serie de juegos protagonizados por
cierta bola de color rosa y arrebatadora personalidad
para los sistemas menores de Nintendo, aunque de
dilatada y respetable trayectoria en realidad. El
disfraz de Alcahest se extiende hasta el contenido
argumental: más allá de las premisas estéticas, los
personajes, la historia y el proceso narrativo son los
de cualquier RPG nipón al uso, pero su importancia, su
presencia, queda relegada a un plano más que
secundario. Alcahest es, en realidad, un juego de acción
en perspectiva cuasi-cenital dividido en fases de
moderada extensión que, simplemente, se embebe en un
fondo argumental algo más elaborado de lo habitual en
estos casos. Incluso la estructura del juego otorga, de
hecho, más protagonismo al enfrentamiento contra los
enemigos que a la exploración de las fases / mazmorras,
que, aparte de los pequeños desvíos para localizar el item
oculto de turno, suelen ser bastante lineales.
Nuestro personaje dispone de un ataque básico con su
espada, aunque puede ejecutar un golpe especial
presionando el botón hasta que la barra indicadora
correspondiente se llene y soltándolo a continuación,
así como invocar a un guardián pulsando otro
botón. A medida que avance en el desarrollo, nuestro héroe
ganará nuevos guardianes —o espadas— elegibles
en cualquier momento, con distintas formas de
manifestarse —desde lanzarse al acoso de uno de los
enemigos en pantalla hasta dotarnos de una barrera
protectora temporal— y que aumentan también el poder
ofensivo de nuestro ataque básico paulatinamente y nos
proporcionan distintos tipos de golpe especial. De la
misma manera, en función de donde nos encontremos en el
desarrollo, contaremos con un acompañante que nos dará
soporte ofensivo simultáneamente a nuestros ataques,
aunque también podremos ejecutar su propio ataque
especial con otro botón de nuestro mando. También
tenemos la capacidad de cubrirnos con nuestro escudo —basta con
orientarlo— y correr —con una doble pulsación
de dirección—. Ni qué decir tiene que, tanto las
manifestaciones de los guardianes como los
ataques especiales de nuestros acompañantes, limitan su
uso con sendas barras indicadoras, que solo pueden ser
recuperadas tras pasar de fase, perder una vida o
recoger los items destinados a tal fin. La
evolución de nuestro héroe, en definitiva, es siempre
dependiente del propio desarrollo del juego y no de nuestro
nivel de experiencia, al contrario que en un RPG —que, a cambio, sirve para obtener vidas
extra—. El
jugador dispone de un inventario en el que consultar los
objetos recogidos, aunque sin mucha utilidad real,
puesto que todos los items del juego tienen un
uso automático. A pesar, eso sí, de una mecánica más
propia de los juegos de salón, Alcahest permite el
uso de contraseñas para no tener que afrontar las fases
que ya han sido superadas.
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...Lo
que puede provocar un mar de controversias en el
jugador: ¿Debo hacer uso de las ilimitadas
continuaciones, dado que me devuelven al inicio
de cada fase y que el juego me proporciona |
passwords?
¿No iría en contra de la clara concepción de
arcade game que la obra posee?
Habría que empezar por mencionar que
Alcahest es un juego de escasa dificultad, al
menos en el nivel por defecto. El extraño
sistema de concesión de vidas extra —basado en
la experiencia o puntuación, pero
variable en función de las vidas que nos restan—
y el enorme número de recursos del que
disponemos para combatir hacen de Alcahest un
programa demasiado asequible para el jugador
medio. Por suerte, hay dos niveles más altos
elegibles en el menú de opciones que
proporcionan un reto más digno y que recomiendo
encarecidamente considerar ya desde la primera
partida. Especialmente si no se pretende ignorar
el mecanismo de continuaciones, algo que parece
razonable dado el contenido literario y la
considerable longitud del juego.
Y, con franqueza, éste es el único defecto digno de
mencionar que le he encontrado al juego.
Alcahest posee una mecánica arrebatadora, tan
adictiva y dinámica como la de los mejores
programas del género destinados a los salones
recreativos, pero con aún más posibilidades de
acción gracias al brillante sistema de acompañantes
y guardianes. En Alcahest no basta con
demostrar tus buenos reflejos y puntería — hay
que desarrollar estrategias en función de
nuestras posibilidades, estudiar con
detenimiento el patrón de ataque de bosses
y sub-bosses, que son muchos y muy
distintos, conocer bien nuestros ataques
especiales. También hay sitio para la exploración,
puesto que cada fase nos exigirá encontrar más
de un item para lograr determinados
objetivos, aunque no suele suponer excesivos
problemas a la larga ni pervierte el
desarrollo — convive en perfecta armonía con
el componente combate. El diseño de
niveles,
en definitiva, está
tan bien pulido como la propia mecánica.
A nivel estético, Alcahest apuesta por un
estilo algo más maduro que el habitual
en el catálogo de Super Famicom, acercándose
de nuevo a las producciones para recreativa. El
diseño de los sprites es más que
convincente, y tan solo algunos escenarios se
pueden tachar de pobres. Lo mejor, la rapidez
con la que se mueve todo —a pesar de las
inevitables ralentizaciones— y la indiscutible
variedad de enemigos y parajes. Personalmente,
hubiera preferido que el juego se mantuviese más
fiel a los patrones de la fantasía medieval
occidental, como las primeras fases prometen.
Esas dosis de sci-fi de las que se vale
el argumento tan típicas del RPG de vídeo-consola
están demasiado manidas y no parecen muy
apropiadas aquí, pero el drama nipón es el
drama nipón, y más si lleva el sello de Square,
imagino. No dejes de probarlo, en cualquier
caso; no te decepcionará.
Recap |
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