|
DIE
BAHNWELT |
|
Sistema: X-68000 |
Formato: 6 x 5'' 2HD / 6 x 3.5'' 2HD |
Hardware: RAM 2MB, JOYSTICK, HDD, MIDI |
Lanzamiento: 30.10.1992 |
Marca: GLODIA |
Desarrollador: GLODIA | |
Aunque
conocida por sus RPG, lo cierto es que los orígenes de Glodia
estuvieron en su día entregados al disparo en perspectiva cenital con scroll
omnidireccional. Die Bahnwelt posee un significado especial por
doble motivo. Por un lado, supone la vuelta momentánea de la
mítica compañía al género que la vio nacer, adoptando las
premisas mecánicas y estructurales de su segunda obra — Testament
[1987, PC-8801 Mark II SR]. En segundo lugar, constituye su único título
creado ex profeso para el ordenador X-68000, una máquina cuyas cualidades
técnicas la hacían idónea para planteamientos basados,
precisamente, en la
acción intensa, pero, al mismo tiempo, una plataforma perfectamente
minoritaria cuyo catálogo estaba condenado a pasar totalmente
desapercibido.
Por encima del propio Testament, Die Bahnwelt evoca sin recelo a
Alien Syndrome. La principal —aunque relativa— novedad es que contamos con un
acompañante controlado de forma totalmente automática por la CPU —sobre el que solo podremos escoger su actitud—,
además de sustituir el sistema de vidas por una barra de
energía capaz de auto-regenerarse siempre y cuando
no recibamos impactos. Die Bahnwelt también cuenta con un contenido
literario más denso para envolver la aventura, que se vale de la
habitual colección de secuencias de viñetas para los momentos
clave, como buen producto nacido para ordenador personal. Esta
concepción narrativa, junto a la significativa longitud del juego,
impone el uso constante del guardado y continuación de la partida
hasta su conclusión, de forma análoga a un RPG. Las fases son, en efecto, considerablemente extensas en general, con
desarrollos laberínticos y objetivos que pueden ir más allá de
encontrar simplemente la salida de las mismas. Es por ello que se
nos suele proporcionar un mapa que se activa en determinados puntos
del recorrido —en reminiscencia, de nuevo, al programa de Sega—.
Podemos disparar en las ocho direcciones del controlador, mientras
que el segundo botón permuta entre las distintas armas disponibles.
La selección del arma más adecuada para cada situación es otro de
los pilares mecánicos del juego, que contempla, a la larga, un
prominente repertorio de armamento clasificado en distintos grupos
en función del tipo de carga energética que emplean —y cuyas
respectivas reservas deberemos preocuparnos de mantener por medio de
la recolección de los cartuchos liberados por los enemigos al
fenecer—. Al pulsar ambos botones simultáneamente tenemos acceso al
menú de gestión, donde podremos, entre otras acciones,
intercambiar la asignación y las posiciones de las armas recogidas,
acceder a información de diversa índole o guardar partida si nos
hallamos en zona libre — y es que tampoco esconde su honda
inspiración en Ys.
El juego permite su instalación en disco duro, aunque en su modo on
the fly los cambios de diskette son mínimos —a pesar de
su elevado número—. Eso sí, al menos 2 MB de RAM son requeridos
para su ejecución — Die Bahnwelt emplea el modo de alta resolución
de la máquina de Sharp, con complejos y detallados bloques gráficos para
configurar los escenarios. Es parte de la profunda carga simbólica
del título de Glodia, pues muy pocos juegos de acción habían
contado con un apartado gráfico diseñado en alta resolución
antes de su aparición. También fue la última apuesta de la
compañía por un género que perdía fuelle frente al RPG y por un
sistema, el X-68000, que estaba lejos de apropiarse de una cuota de
mercado lo suficientemente trascendente. Una apuesta
perdida de antemano de forma consciente, pero no por ello carente de
compromiso.
|
Da
un poco de lástima que una compañía como Glodia no
haya gozado del reconocimiento que merecía más allá de
los círculos nipones especializados. Aún con un historial
modesto, sus obras |
eran
verdaderas
muestras de talento y dedicación, tal vez vacías de
originalidad, pero con una clase muy por encima de la media.
Die Bahnwelt lo ejemplifica mejor que ninguna. Su contenido narrativo y el
material audiovisual creado hubieran dado para un
completísimo RPG de estúpidos combates por turnos para
PC-9801 con el que hacer unos buenos yen, pero Glodia
escogió ponerlos al servicio de un vibrante juego de disparo a la vieja
usanza para un sistema tan minoritario como
tecnológicamente capaz. Y resulta curioso, a la par que sorprendente, encontrar la
estética de coloristas sprites de grandes cabezas, las
ilustraciones y presentación al estilo shounen manga
y el
acabado gráfico propios de los RPG de ordenador personal en un
género como éste, más aún considerando la ambientación sci-fi
del programa. Die Bahnwelt está concebido y narrado, de
hecho, con una elevada dosis de drama, donde el hilo
argumental mantiene un peso cuantioso y los eventos se
suceden como si de un RPG se tratase, con efectos tan
interesantes como la introducción de nuevos co-protagonistas
o la cohesión —y coherencia— de las distintas fases al
sucederse. No es que la historia de Die Bahnwelt sea especialmente
apasionante, ni por originalidad ni por madurez, pero
contribuye a crear una atmósfera sugerente y eficaz, tan
llena de préstamos e influencias como de personalidad.
El juego es maravillosamente ágil. La velocidad de
nuestro(s) personaje(s) es mayor incluso que en Alien
Syndrome y otros programas nacidos para los salones de
juego, y el sistema de gestión de armamento es enormemente
práctico e inmediato. Glodia logró un sobresaliente
equilibrio entre el desafío de resolver los laberintos
heredados de los RPG y el asedio de los incesantes enemigos.
Llevar un acompañante —dotado, además, de una magnífica
inteligencia artificial— reduce drásticamente el potencial
nivel de dificultad, aunque es el sistema de
auto-regeneración de la energía perdida lo que hace
especialmente de Die Bahnwelt
un programa, por desgracia, excesivamente asequible — una vez
acostumbrados a la dinámica de asaltar-refugiarse, se
pierde el miedo que debe transmitir de forma inherente un
juego de esta categoría. Y eso que hay momentos de
verdadera intensidad —y no solo los que imponen los bosses—
pero la estructura del juego, que nos invita —obliga,
podríamos decir— a salvar partida y continuar desde
emplazamientos demasiado abundantes a lo largo de todo el
desarrollo, los convierte casi en anecdóticos.
Die Bahnwelt es un espectáculo único por su acabado
visual. Pero además, es rabiosamente divertido y absorbente gracias a su afinada mecánica y sus logrados y
variados mapas. Muchos
encontrarán, igualmente, su aproximación al RPG nipón en
su desarrollo narrativo y concepción estructural, otra de
sus soberanas virtudes. Y de lo que no cabe duda, es de que
constituye una experiencia ineludible profeses la religión
que profeses. Anotad: Die Bahnwelt, por Glodia.
Recap
|
|
|