Porque, francamente, si algo hay salvable de los juegos de Nippon Ichi es el diseño de personajes y los "sprites". Aunque es interesante que se atreva con nuevos conceptos, el hecho de que destierre sus dos grandes facetas distintivas de forma tan radical es una enorme decepción, creo yo, para cualquiera de los fans de la compañía.
Que empleen el "hardware" de PS2 para un juego basado en grandes panorámicas poligonales y escojan PS3 como plataforma de destino de su Disgaea 3 es, cuanto menos, una perturbadora ironía, por otro lado.
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